juan armet «kinké»

entrevista al creador de la escuela sevillana

Reproducimos la entrevista realizada a Juan Armet «Kinké» en la prensa madrileña en 1.923.

Antes de ello, os resumimos brevemente quien fue Kinké:

Juan Armet «Kinké», la primera estrella, fue el primer crack que brilló con luz propia en el Sevilla FC, el primer fichaje importante en nuestra historia, él con sus dos hermanos formaron la primera saga de brillantes futbolistas de nuestro país estando en el RCD Espanyol. El Sevilla lo ficha siendo ya una estrella, ¡ya por esos años se empezaba a mover «el mercado de fichajes»!.

Hijo de una aristócrata catalana, revolucionó el «football» en nuestra ciudad, los entrenamientos del Sevilla se convirtieron en todo un acontecimiento, los aficionados sevillistas acudían masivamente solo para ver la calidad técnica del catalán, su técnica era impecable.

Con su forma de jugar dotó al Sevilla de una personalidad propia, dando origen a la «escuela sevillana». Ya lo decía Ricardo Zamora en una de sus intervenciones en la prensa de la época, hablaba de un partido Universitari Barcelona: «era habitual que los culés golearan ampliamente al Universitari, que siempre solía marcar algún gol, gracias a la habilidad de Armet Kinké, que luego jugó en el Espanyol y en el Sevilla, donde fundó la llamada “escuela floreada sevillana”.

En la época fue comparado con uno de los jugadores más famosos del fútbol español, Rafael Moreno «Pichichi», interior izquierdo del Atlético de Bilbao, así lo contaba «El Mundo Deportivo»: «Pichichi fue uno de los jugadores más famosos del fútbol español y que más imitadores tuvo, pero ninguno llegó a su altura. El que más cerca le llegó fue Armet «Kinke», el que años más tarde había de dejar la impronta de su estilo jugando en el Sevilla».

Junto con Escobar, Spencer, León y Brand formó una de nuetras mejores delanteras, denominada en su tiempo «la línea del miedo».
Rapidez, elegancia y dominio del balón fueron la principales características del juego de Kinké. Caló profundamente en la sociedad sevillana, amante de los toros y del flamenco. Con treinta años decide retirarse al no poder rendir como años atrás, el Sevilla decide, por todo lo recibido por Kinké en sus años en el Sevilla, concederle una pensión vitalicia de 300 pesetas, medida que hasta entonces no tenía precedente en nuestro fútbol. 

Parodiando la celebérrima frase del Rey-sol, pudiera decir este indeficiente delantero, que es “Kinké”; “el Sevilla soy yo”, y no habría en ello inexactitud de fuste. “Kinké” es hace varios años la suprema encarnación de su para nosotros simpatiquísimo club, el alma del campeón del Mediodía, el maestro en cuya soberbia escuela se ha formado cuanto de aquella ciudad de la gracia – en su más excelso contenido – ha salido con algún futbolista relieve.

Juan Armet, conocido siempre por “Kinké” sportiva y privadamente, nació en Barcelona en el último lustro del siglo XIX. Estudiante. “Soltero y sin compromiso”

¿Por qué le llaman a usted “Kinké”?
Desde niño; en casa tenían la costumbre de ponernos a todos algún remoquete; así, a mi hermano, “Pakán”; a mí “Kinké”.

¿Cómo se aficionó al fútbol?
En el colegio Balmes de Barcelona, en los recreos, viendo y jugando.

Nadie puede titularse maestro de “Kinké”, que lo ha sido, en cambio, como pocos. Él enseñó a tirar a gol a Blanco, centro medio barcelonista; a Félix Pomés, gran “sportsman”… En el Sevilla, más o menos, cabe afirmar que ha influido en todos: en Manolo Ocaña, una notabilísima sportiva, elegantísimo estilista del pase; Barragán, durísimo medio ala, de juego atlético; Herminio, Brand, Spencer…

Empezó Kinké en el Universitary barcelonés -infantil- de centro delantero; él formó el equipo en el que alieron Alcántara, los hermanos Valera y “Pakán”; en el primer once actuó de interior derecha un año; luego -1912- pasó a delantero centro y capitán.
En la temporada 17-18 ingresó en el Sevilla. Y a propósito de su entrada en el mejor equipo andaluz, vayan las siguientes curiosidades: el 11-3-917, el Madrid, campeón de España, jugó en su terreno con el Sevilla y lo venció 8-0 nada más…; en el campo de la calle O´Donnell pusieron 8 horizontal, en símbolo de infinito; efectivamente Kinké asisitió al partido, pues estaba en la corte, no por motivos de Sport, sino de turista- dice. De aquí se fue a Sevilla -seguía de turismo- y en el tren tramó conversación con lo equipistas perdidosos, que regresaban. Kinké se inscribió en el club, que salió a jugar, a los ocho días justos contra el Madrid…, que fué vencido por 2-1 (campo del Sevilla).

¿Cuál ha sido su mejor tarde, amigo Kinké?
Yo creo que fué en la selección catalana contra la de Vasconia (1915).

Kinké es de una excepcional precisión en el pase, y maestro de maestros en el corto por bajo, táctica habitual, predilecta, del Sevilla F.C., que tiene a Kinké por ninfa Egeria. En esto es Kinké el más grande deportista de España: considérese su autoridad acerca del extremo que sigue:

Cómo se juega a pase corto. Opinión de Kinké.
Este pase es el más dificil, por lo que no lo practican, dice, muchos equipos.
Debe hacerse de lado; el equipista despide el balón al sesgo respecto de la posición que su cuerpo tiene. Los jugadores no han de pararse,,,; es decir, que la rapidez es esencial al pase corto. El balón no debe ser impulsado sino con la parte lateral interna del pie, correspondiendo el choque, por tanto, a la parte media del borde interior. El balón es poseido por el futbolista un tiempo mínimo; apenas recibido, lo pasa a un colega, y corriendo a colocarse parta recibirlo otra vez… Son, pues, sus valores futbolísticos capitales la colocación, el dominio del balón y la rapidez.

Pocas tácticas requieren tanto acoplamiento en la líneas, y pocas son tan inteligentes en sí mismas. Ejerce, además, un desmoralizador influjo en el adversario, que se ve repetidamente vulnerado con cierta ironía de ser testigo presencial. kinké prefiere este pase -por bajo. ¿habrá que decirlo?- a todos.

¿Cuál cree usted el punto débil de los sevillistas, Kinké?
La poca capacidad torácica. Si la tuviésemos como los del Norte, seríamos los mejores de España… y de más sitios. Esto consiste en la índole de vida que se hace en Sevilla… (Léase: los vinos como el oro, las flores como estrellas, las mujeres como diosas…)

¿Qué hace usted antes de jugar?
Salvo que casi siempre juego en ayuno, vida corriente, ni de fumar me privo.

¿Su jugada favorita?
Hacer pase corto a mi interior.

¿Cuida usted su entreno? ¿cómo lo hace?
Muy poco lo cuido. Suelo hacerlo corriendo con el balón, regateando y tirando a goal.

Kinké no se intranquiliza antes de jugar; pero las protestas del público le hacen perder juego. Estima que es el Sevilla el mejor equipo español, y Paco Bru (del colegio calatán) el mejor árbitro.

¿Cuál es el mejor futbolista que ha visto?
Herminio, en diecisiete años que llevo en este sport.

¿Qué selección formaría usted?
Zamora, Herminio-Montesinos, Samitier-Meana-Peña, Piera-Spencer-X-Alcántara-Brand.

¿Tiene alguna idea que exponer?
Que todas las selecciones han estado mal hechas.

Tocamos un punto jugoso: las admiradoras, de las que tiene un buen golpe en Sevilla.
Kinké sonrie y el grupo de amigos que están presentes inician la algaraza. Kinké se muestra alegre, mientras se ciñe a la cintura -venimos de un match- una faja de seda blanca, estrecha y chulona, para aliviar -aclara- una pequeña anormalidad renal. El notable referee y grata persona que es Balaguer se impone al estruendo: Kinké es el presidente de los “castigadores” sevillanos.

La mayor alegría deportiva de Kinké fue vencer el Sevilla, por 4-2, al Athletic bilbaino en Madrid (1.V-921), explicable, pues ese año fué campeón el club norteño, con lo que el galardón fué virtualmente del Sevilla, que cedió previamente los puntos.

Practicó otros deportes: hoy, no. En su club lo quieren prifundamente. Juega poco de cabeza, rehuye estas jugadas.

¿Piensa retirarse pronto?
El día menos pensado. Pero yo haré lo que el Gallo, que a lo mejor me retiro y vuelvo. Lo que sí pienso es no pertenecer a ningún otro club.

 

¿Valores futbolísticos?
Primero, colocación; segundo, dominio de balón; tercero, rapidez.

¿Y en un centro delantero?
Saber distribuir el juego.
Dígame más algo sobre esto.
La precisión en el pase es lo más conveniente y dificil, en mi opinión.
Kinké no estima la potencialidad del juego. No es valiente. Concibe la valentía sólo en trances decisivos y la cree menos necesaria en la línea de ataque que en los medios y defensas. Estas ideas casan bien con su juego pulcro, con su estilo de innata elegancia, quintaesencia y norma del que tanto enaltece al Sevilla F.C.

Cómo se tira un penalty. Opinión de Kinké.
A toda marcha. Que pase el balón por una esquina del goal, cualquiera de ellas.
Mucha serenidad en la jugada. Atacar al balón, a plena fuerza, con el pie derecho y de empeine. En su penalty, entra el balón a un metro del suelo, más o menos.
Imparable, bien tirado.

¿Sus aficiones personales?
Las mujeres y el baile.
¿Qué clase de baile?
De todo; en chulo, en fino…; tengo un extenso repertorio, a gusto de la consumidora (Passez le mot).

Pudo, sí, nacer en Barcelona; pero hoy Kinké, que se ha asimilado al andalucismo, es espiritualmente de allá abajo, frívolo, alegre, indolente, amable. Perdonemosle esa vida tan contraria a la de los profesionales ingleses, porque aquel sol es un incentivo y tiene allí muchos meses la primavera, con ese estimulante olor a hembra, que de la mejor presea del Madrid vernal. ¿Para qué la fortaleza del sport sino para las dos o tres locuras que es la vida, como dice Bernard Shaw? Es apenas resistible por la humana contextura el hechizo de una hermosura sevillana, pasional y ensoñadora, dulce y vibrante, que pone por divisa en las gentes mozas este soberbio alejandrino que Manuel Machado esculpió, más que escribió, en su Adelfos glorioso: “tengo el alma de nardo del árabe español”.

LUIS-ANDRES.
Noviembre de 1.923

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